¿Tu marca habla como las demás o como la tuya?

TOC - TOC

 NO es la puerta: 

Es tu intuición diciendo “algo en mi comunicación no está funcionando del todo”.  

Antes de seguir, déjame adelantarte algo:

He pasado media vida entre titulares urgentes, historias humanas, proyectos sociales y 15 países de América Latina donde entendí que las palabras pueden cambiar un día o una vida. 

Por eso, cuando te pregunto si tu marca suena como las demás, no es una frase bonita de copywriter.

Es una alerta suave toc-toc para que tu corazón escuche antes que tu cerebro.

Ahora dime si esto te suena:

Los mejores del mercado.
Calidad garantizada.
Comprometidos con la excelencia.
La opción número uno.

Si alguna de estas frases aparece en tu mensaje…

 —PLOP

Ese fue tu mensaje cayendo en el mismo guión que repiten miles de marcas.

Y quizá te frustra —con razón— ofrecer algo verdaderamente valioso, pero que tus clientes potenciales ni registran.

El problema no es ni tu producto, ni tu servicio.

Son tus palabras.

Aún no están mostrando tu diferencia real.

Tu mensaje no está diciendo:

Respira.

Aquí viene el giro:

 El copywriting correcto puede cambiar eso —y rápido.

Y yo estoy aquí no solo como tu copywriter, sino como quien:

Se sienta a tu lado

Ve lo que tú no ves

Afina tu mensaje con palabras que conectan, convencen y venden con verdad.

Cómo llegué hasta aquí

(y por qué eso te importa a ti)

Sí, este es un “Sobre mí”.

Pero no voy a contarte mi vida.

Voy a contarte por qué mi vida suma a tu mensaje.

Mi origen

Nací en Bolivia y mi relación con las palabras empezó rápido: 
a los 19 ya trabajaba en medios; periodista de redacción, cámara y calle.

Ahí aprendí algo que ningún diploma enseña:
Una historia es una herramienta para transformar, ayudar, denunciar, educar o prevenir.

Mi viaje

Después emigré a Brasil y durante cinco años fui periodista en una organización dedicada a la cultura de paz.

Entre entrevistas y proyectos sociales descubrí algo que me marcó:
Escribir no es solo informar.
Es cuidar cómo se siente el otro cuando te lee.

Ahí entendí que un  mensaje no es solo “lo que dices”; es lo que despiertas.
Y eso —créeme— mueve decisiones.

Nuevo horizonte

En 2014, en Puerto Rico, asumí la dirección de una institución con delegaciones en 15 países.
Educación, justicia, familia, medio ambiente…
Palabras grandes que se convertían en personas reales con necesidades reales.
Entonces comprendí algo que cambió todo:
Ya no escribía para contar lo que pasaba, sino para transformar lo que pasaba.
Las palabras pueden ser muro o puente.
Y yo elegí —por convicción— los puentes.

Transformación

En 2020, mi vida hizo —BUM.
Un cambio profundo me obligó a replantearlo todo:
lo que quería, lo que ya no quería y lo que aún podía aportar al mundo.

Ahí apareció el copywriting.

(O yo aparecí para él. Todavía lo debatimos).
Pero sí: fue amor a primera letra.

Descubrí que podía unir mis tres mundos:
periodismo
• dirección estratégica
• comunicación para el cambio

Y ponerlos al servicio de marcas que quieren conectar con intención y transformar vidas.

¿Qué tiene que ver esto contigo?

Mucho.

Porque cada etapa hoy se traduce en tu mensaje:

+20 años de periodismo: sé encontrar el ángulo exacto de una historia y darle propósito.

15 países: entiendo matices que otros no ven.

Cultura de paz: escribo para conectar, no para manipular.

No es “solo copywriting”.

Es copywriting con alma, estrategia y humanidad.

6 cosas que Google no dirá sobre mí

(pero sí mi página)

Vendí de todo un poco.

Apoyando proyectos sociales de mi iglesia: hot dogs, café y ropa usada en mercados.
La vida me enseñó algo simple:
La venta es conversación, no presión.

Soy mezcla.

Bolivia me vio nacer.
Brasil me transformó.
Puerto Rico me reinventó.
Y 15 países afinaron mi oído para escuchar lo que no se dice.

Mi primera historia.

A los 13 años: un poema a la luna (sí, mi primera lectora fue una esfera a 384,400 km) y un cuento sobre discriminación. Desde ahí supe que las palabras pueden abrazar o invitar a abrir los ojos.

En lo doméstico.

Cocino poco.
Pero mis sopas hacen feliz a mi marido.
(O eso dice… y yo decido creerle.)

De adentro hacia afuera.

Creo que todo empieza en el corazón.
Cuido mi conexión con Dios y mi paz interior.
Si mi interior está en orden, mis palabras también.

Mi sexto sentido acuariano.

Tengo una curiosidad que viene de fábrica —cosas de ser Acuario, no culpa mía—:
veo un gesto, una palabra suelta, una mirada…
y mi cerebro ya está escribiendo un capítulo entero.
No es ego, te lo juro.

Entonces ¿qué sigue?

Tu intuición ya lo sabe:

  es hora de que tu mensaje suene como tú. 

Si algo hizo “toc” dentro de ti mientras leías, es aquí.

Fotografías de mis trabajos en distintos países.

USA

Panamá

Guatemala

Colombia

Paraguay

México & Chile

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